Todos los automóviles que están detenidos en los semáforos o en las congestiones de tránsito se encuentran consumiendo gasolina porque sus motores tienen que permanecer encendidos. En una ciudad capital, a cada momento, pueden haber más de un millón de vehículos detenidos en los semáforos o en atascos de transito, pero con el motor encendido. Todos esos conductores estáticos, además de estar perdiendo el tiempo, respirando contaminación y cargándose de estrés, se encuentran contaminando con un motor de 100 o 200 caballos de fuerza encendido todos tragándose la contaminación de todos.
Lo más ridículo este sistema ilógico de transporte es que, un automóvil diseñado para correr hasta 200 kilómetros por hora, el promedio en la ciudad se encuentra entre los 35 kilómetros hora o menos. Los fabricantes de automóviles se preocupan por ofrecer motores inyección, computadoras y televisores internos, sistemas antirrobo y demás juguetes. Pero no les importa que en cada ciudad extensa haya un promedio de 15 muertos y un número superior de lisiados de por vida… cada día.
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